Y entonces cuando termine estábamos verdaderamente unidos…y yo les dije que eran como mis padres y ellos como su, hijo y compraron todas mis estampitas, y rosarios, para que no siga mas en la calle, y entonces les agradecí, y les dije que debíamos vernos mas seguido, porque dios nos unía y que si estábamos acá, era por algo, por una señal. Y nos despedimos y fue de lo mas emotivo, hubo llantos y grandes abrazos, y fui compre mas estampitas y esas cosas Y bueno, que se le va ser, asi fui vendiendo todas mis estampitas, porque hay gente para la cual yo era una necesidad primaria, porque vi. que había mucha gente así, y entonces también conocí a otros, a muchos otros, porque volví a casa, y le conté a galleta de esa escena y de otras, como la de la mujer que estaba en su casa con su marido, en un estado de completa indiferencia, afectiva, o en una pelea intima, o en algo que hace mucho, estaban en la forma del malestar matrimonial o algo así, y que cuando me vieron, no se que pero algo paso, , no se si fue mi cara de idiota entalcado, o el tener montones de crucifijos rosarios estampitas todas colgándome del cuerpo pero algo paso, y de repente, me atendieron bien, y me hicieron pasar, y bueno eso, que por un momento sentí que les había arreglado el matrimonio. O que ellos esperaban que lo hiciera. Porque me compraron uno de los crucifijos mas caros, y eso, había una extraña forma de entrar en el dialogo con los otros, desde este lugar, porque de ninguna casa me había ido sin que algo haya sucedido, y entonces estaba esperando que galleta lo diga, porque había mucha gente, que nos necesitaba, porque, fuimos una necesidad… nacional, porque el bienestar de la gente es prioridad, porque le llevamos la felicidad a la gente, porque sin felicidad, no hay patria ni sentido de patriotismo, ni unidad, y entonces galleta estaba por decir algo que lo iva a cambiar todo, que iva a ser como una revelación, aunque no lo hayamos tomado muy en serio al principio, porque yo había llegado ese día después haber recorrido muchos lugares por tres completos días, conocido a mucha gente, y entonces cuando llegue, y pague mi parte del maldito alquiler, y galleta estaba sentado en la mesita de madera petisita, perdiendo el tiempo con un crucigramas, le dije.
-gallete, no sabes¡¡¡ que extraña es la gente.
-porque decís eso.
-Estuve vendiendo indumentaria cristiana por la calle, iva puerta por puerta y no sabes me compraron todo estuve estos tres día haciendo eso galleta, cuando se trata de dios, la gente te trata bien, iva y venia, del negocio 1/2/3, con adminículos para el cristiano.
Y yo estaba esparendo que galleta lo diga, porque galleta la veía venir. Pero galleta me miraba, y seguía con su crucigrama, con su juego de letras, y entonces me escuchaba que yo le contaba todas las historias, y entonces, paso,… se levanto,… fue a la heladera y trajo una de esas cajitas, de vino pedorro que suele tomar la gente como nosotros, y entonces... puso los dos vasos de lata en la mesita de madera, los lleno, y dijo finalmente lo que cambiaria todo.
-vamos a tener que hacer un santuario.
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